miércoles, 5 de mayo de 2010

Insensatez





- ¿Cómo he podido ser tan tonta?- mi voz sonaba temblorosa e insegura.
- No has sido tonta, ni estúpida, ni imbécil... Ni ninguna de las cosas que puedan estar rodando por tu mente. Sólo has querido y has perdido el control.
- Ojalá pudiera...- no me dejó continuar, su dedo estaba presionando con fuerza mis labios, pero al mismo tiempo con dulzura.
- No lo digas, no quiero oirlo. Prefiero pensar que algún día volverás a creer en el amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario