
TiempoParaMI.


He comprobado que no hay nada mejor que ver a la persona que quieres antes de dejarte dormir, poder acercarte. Susurrarle un te quiero al oido y mirarle. Con esa cara que se te pone cuando le ves y apoyarte en la almohada, cerrando los ojos; casi dejándote dormir. Pero relajada. Con la certeza de que será lo primero que veas al abrir los ojos.
Eso... Eso no tiene precio y nunca se lo podrán poner.
Lleva las uñas pintadas de azul. O bueno, hace un par de días así era. La verdad es que no es precisamente lo que más le dura. Pero igualmente tarda en quitárselas. Se las deja así el tiempo que cree necesario; imperfectas. Como todo en su vida. ¿Por qué sus uñas van a tener que aparentar algo que ella no es? O incluso algo que no pretende alcanzar. Y así sigue día tras día, dejando claro cómo es a cualquier desconocido con el que se cruza. Es feliz gritándole al mundo que se acepta tal y como es, y que...¡Joder! Eso no va a cambiar.
¡Sí, sí, sí! El 5 de este mes, mi querido blog hizo un añito... Y correcto. Se me pasó totalmente por alto. Pero así soy yo... Como dicen, "no pierdo la cabeza porque la tengo pegada al cuello."
Si la vida fuera tan simple como soplar un diente de león, cerrar los ojos y pedir un deseo...

Gracias a que he podido entender la bonita metáfora de la vida, soy capaz de valorar esos apretones de mano cuando son valiosos. Y sé que cuando yo levante las manos y grite, ellos lo harán conmigo. Y que ella seguirá conmigo.
Abrió los ojos algo agitada. Sus manos fueron directas a su frente. Volvió a suspirar y apretó con ganas las sábanas. Otra noche más en la que tenía la más dulce de las pesadillas.
Básicamente quiero que me haga sentir que no estoy desaprovechando mi vida porque es muy corta. Quiero que me abra las piernas, no el cielo: pero que lo haga cada noche. Quiero que sepa mentirme. Quiero que no me importen sus mentiras porque se deja su alma cuando está conmigo. Quiero que sea generoso porque puede, no por obligación. Quiero que tenga sangre en las venas. Quiero que me grite lo puta que soy cuando le abandono. Quiero un poco de épica. Quiero que le de igual lo que yo haga cuando no esté con él porque sabe que no voy a encontrar a nadie mejor. Quiero que me tiemblen las rodillas cuando me agarra la nuca.
Ven. Permite que pruebe tus labios. Que averigüe a qué sabe tu boca. Cierra otra vez los ojos. Déjate llevar. Lento. Muy lento. Poco a poco. Deslizándonos uno dentro de la ropa del otro. Suspira. Siento mi cuerpo estremecer, ¿o es el tuyo? No estoy segura de la respuesta pero tampoco tiene importancia. Escribe tus deseos en mi piel. Noto tu aliento cerca de mi oido derecho. Mis manos en tu espalda. No hay nadie más en ese preciso momento. Cierro los ojos antes incluso de que lo hagas tú. Intento calmar mi respiración agitada, aunque se quede en el intento. Me vuelvo loca. ¿Esto es el infinito? Busco tu mirada. Déjame que con mis ojos te diga lo que con palabras aún no es necesario decir. Tic-tac, tic-tac... El tiempo pasa y nos coge por sorpresa. Nos devuelve a la realidad y nos dirige a la despedida. Es otro buenas noches de nuestro calendario. Donde las semanas son meses. Y los días semanas, o al menos, eso parece.
Ya en la discoteca empiezas a bailar. Te sientes bien. Tus amigas te rodean y tú sigues bailando. Como una loca. Pronto te quitarás los tacones, ¿pero en qué estabas pensando? tus pies no pueden más... Pero ese chico tan guapo te está mirando y sientes que no te los puedes quitar. Así que bajas un poco el ritmo y le tonteas con la mirada. Tus amigas hablan. Tú te ríes. Él se acerca. Unos nombres se oyen, pero la música no permite más así que acaban bailando. Los dos muy cerca. Cada vez más. Hasta que pasa algo que insconcientemente estabas pidiendo a gritos.
Una sonrisa te puede transmitir.. seguridad.