jueves, 13 de octubre de 2011

one more.

Dicen que cuando te planteas si quieres a una persona, significa que has dejado de quererla para siempre. ¿Y qué sucede si no dejas de preguntarte cuánto más puede dar tu corazón?¿Cuánto más puedes llegar a amarla? ¿Significa eso que no sabes ni la mitad de lo que vas a llegar a dar por ella aún?

No sé cuánto más se podrá agrandar mi corazón. Ni si querrías alojarte en él indefinidamente. Sin alquiler. Sé que no te gusta nada el significado de esa palabra, y que no quieres tenerla más en tu vida. Por lo tanto, te propongo algo: no te vayas. Quédate en él. No hace falta contrato, tus ojos serán mi aval. Ya que el derecho a compra lo ganaste desde la primera sonrisa.
Tampoco sé si estás cómodo entre tanto trasto emocional y polvo. O si crees que falta algún que otro tabique de madurez, o quizás te gustaría cambiar algunas cosas de lugar, unas manías o el reloj de la entrada que lleva un par de minutos retrasados.
Incluso te pido perdón, si algún día no encuentras lo que has ido dejando poco a poco. Si entre tanto desorden emocional, tanta felicidad, se me extravían algunos recuerdos. Pero desde que te conocí puse un letrero bien grande en la puerta, que prohíbe el acceso a cualquier cosa que no te vaya a hacer feliz.
También tengo que decir, que no sé si habías estado alguna vez en un sitio mejor, con un jardín más amplio tal vez o con un bonito balcón con vistas al mar. Pero éstas "cuatro" paredes están repletas de amor y de buenos momentos nuestros. Con un gran ventanal, justo en frente de la cama. Para poder pasar días entre las sábanas, diciéndonos cosas sin hablar.


Pero por ti, hago limpieza hasta del trastero, por si también quieres coger ese hueco. Y porque con un beso haces que tiemblen mis cimientos. Que me de un vuelco el corazón, ese lugar donde quiero que te sientas como en casa.

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