Él no se mueve. Sigue acostado de cara a la pared. No hace nada por abrazarla. Simplemente suelta un "sí" y espera que eso sea suficiente.
Ella se estremece. Se plantea miles de cosas, se atormenta. "Quizás no estuvo bien. Quizás no fue suficiente o quizás no soy suficiente". De repente una pregunta se escapa de los labios de él y la paraliza.
- ¿Por qué?
- Porque quiero que lo estés.- La respuesta sale directa del corazón. No la piensa. No la medita. Es la verdad y quiere que él la sepa. Sus manos se juntan. Sus dedos se entrelazan. Ella se pega todo lo que puede a su espalda desnuda, coloca su frente justo en su nuca y inspira su aroma.
Le encanta como huele. Adora darle besos cuando él se está dejando dormir. Mirarle cuando tiene los ojos cerrados.
Porque sabe que en cualquier momento se acabará. Sabe que no es para siempre.
Que él no es para ella. Ni ella para él.
Oh, Dioses, me encanta como escribes.
ResponderEliminarBueno, en realidad me pasaba por aquí para decirte que soy la ''antigüa'' (?) Kaede Umi y que por culpa de algún pequeño cabroncete de mi instituto que ha trolleado mi blog me he creado otra cuenta y otra dirección. Digamos que de algún modo quiero empezar de cero con esto, que no quiero hacer promesas que no cumpliré...
En fin, aún no tengo prácticamente nada escrito, y no sé si lo haré pronto o tarde, pero sería un placer que emplearas algunos minutos de tu tiempo en visitar mis pequeñas ruinas.
Así que nada. Un saludo y un placer haber leído esas magníficas líneas.
Ícaro.
www.lasruinasdelolvido.blogspot.com