A volver a enamorarse. A volver a poner a otra persona por encima de tus propias preocupaciones. A que te conozcan tal y como eres. A abrir tu corazón y dejarlo en otras manos, que poco a poco van siendo más conocidas que extrañas.
En definitiva a querer y que te quieran.

Quizás esa sea la parte más dolorosa. No saber cuándo va a acabar algo. Aunque siempre se nos olvida la parte más importante: cuando algo acaba, siempre algo empieza.
Por favor, no olviden que los miedos están para afrontarlos.
Si tienes miedo a las alturas. Súbete a una escalera. Al último piso. Asómate y mira al suelo. Cuando sientas que no puedes más, grita: NO HAY MIEDO.
Si tienes miedo a las arañas. Cuando veas una cerca, respira. Tantas veces como sean necesarias para ahogar el chillido. Si es necesario cierra los ojos. Pero piensa: NO HAY MIEDO.
Si tienes miedo al amor...
¡Bienvenido al maravilloso mundo de los seres humanos!

- Ilusión. Sonríe todos los días. Deja que te de un ataque de risa. Que te roben una sonrisa.
- Confianza. Quizás esta la recetaría en una dósis más elevada que la anterior. Si tú no confias en ti, ¿quién lo hará?
- Amor propio. Quiérete. Al mismo nivel que la confianza. Una cosa va ligada a la otra. Yo lo apuntaría como un deber.. Para querer a los demás primero hay que aprender a quererse a uno mismo.
- Fuera la insertidumbre.
- Olvida el pasado. IMPORTANTE. No tengas miedo a cometer los errores del pasado. Ellos te han servido para aprender, no tienes porqué volver a cometerlos. Y si te han hecho daño. No tienen porqué volver a pasarte. ¿Te digo un secreto a voces?
CADA PERSONA ES UN MUNDO.

(Yo también tengo miedo.
Pero me gusta llevarlo guardadito en una esquina de mi corazón.
Sin que él sepa que si quisiera podría adueñarse de mí y controlarme. ¡Shhh!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario