domingo, 29 de agosto de 2010

Una historia más.



Se encontraba tirada en la cama. Pensando en todas sus cosas. Sus últimos problemas. Sus últimas alegrías. Sus últimos amigos y no tan amigos. Sus últimas "relaciones"...
Y así sin más, entre pensamiento y pensamiento apareció él, su niño, su mejor amigo, su.. era algo raro la verdad.

Lo conocía hacía más de un año ya. Él se le presentó bajo los efectos del alcohol en carnavales. Pero hubo algo que la hizo querer conocerlo más. Y así fue, en esa semana se lo encontró todos los días que salió, más bien a veces llegaba a buscarlo... Algo raro ya que no lo conocía y ella tenía novio, pero las cosas raras son las más interesantes de esta vida.

Y así mes a mes se fue ganando un gran trozo de su corazón. Él era distinto a todos los chicos que había conocido. Era atento, cariñoso, simpático, gracioso, amable. La trataba como nadie lo había hecho antes. La hacía sentirse como una reina y eso le gustaba.
Enseguida se hicieron muy buenos amigos. Pasaban horas al teléfono contándose las "penas". Un par de sonrisas y algún te quiero se escapaban a veces.
Ambos lo hacían con la mayor inocencia del mundo...
Ella le consideraba su mejor amigo. Su niño bonito, ése que tanto le ayudaba y que siempre tenía una bonita palabra en la boca para ella.

Se sentó en la cama y apretó la almohada contra su pecho. Sentía un vacío cuando pensaba en él. No sabía muy bien el motivo pero así era. Sus manos empezaron a jugar con su pelo y se le escapó una sonrisa. Le echaba de menos, mucho. Hacía días que no lo veía, a veces llegaban a pasar semanas. Y eso la estresaba, la hacía quererlo más.
Empezó a pensar en todos los momentos vividos con él desde que se dio cuenta que no era sólo su mejor amigo. Ladeó la cabeza como si así pudiera verlos con más claridad. Como si así pudiera retenerlos más tiempo. Él era tan dulce...

Se le escapó una risa al recordar su primer beso. Tuvo que buscarlo ella, tuvo que tentarlo. Él siempre la había respetado y eso era lo que más le gustaba. Lo que no encontraba en cualquier chico. El respeto. El cariño con el que la miraba.

La vida les ha dado miles de vueltas. Pero siempre tarde o temprano volvía a pasar algo. Es como si no pudiera evitarlo. Como si estuviera predestinado que fueran amigos especiales hasta que... Una mueca se le dibujó en la cara. No quería pensarlo, no tenía ganas. Sólo quería verlo. Abrazarlo. Verle sonreir.
Se volvió a echar en la cama, mirando el techo.
Lentamente cerró los ojos. Estaba cansada y tenía que hacer mil cosas...
Un último pensamiento apareció en su mente..



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