Su mirada lo decía todo. Sus ojos hablaban solos. Sus manos componían unos férreos argumentos. Su sonrisa... Su sonrisa se ocupaba de transportarla a otra dimensión, de hacerla volar.
Sus besos eran seguros. Sus abrazos emanaban confianza por todos los poros. Sus caricias eran suaves y delicadas. Su amor... Su amor por ella no tiene definición posible.
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