jueves, 26 de agosto de 2010

Cuando no hace falta hablar.

Su mirada lo decía todo. Sus ojos hablaban solos. Sus manos componían unos férreos argumentos. Su sonrisa... Su sonrisa se ocupaba de transportarla a otra dimensión, de hacerla volar.


Sus besos eran seguros. Sus abrazos emanaban confianza por todos los poros. Sus caricias eran suaves y delicadas. Su amor... Su amor por ella no tiene definición posible.

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